Aquello...

Desesperación, es esa la magia y sensación que corre bajo mi piel. Dentro de ella se encuentra un alma deseosa de salir, comunicándole a lo que resta de su pobre y débil consciencia que deje el camino libre para que se propaguen en el ambiente otro grito de dolor, empapando así la habitación de oscuridad, dejando claro que la agonía de una piel y mente retorcida no se quedan atrás, dejando en claro que lo restante de aquello llamado sentido común ha sido perdido y demostrando que todo aquello que creíamos perfecto es la imagen mas distorsionada que podrían nuestros ojos captar jamás. 
Dentro de ese grito se encuentra en lo más profundo y triste de su entidad un sonido tranquilo y apago que vuelven a ese grito de dolor en el más desesperante sollozo reconocido por la propia piel que lo siente. Miles de sollozos han sido partícipes de la degradación de dicha piel, pero nunca habían sido tan espeluznantes como la querida tormenta en la cual ese grito se había convertido. Las tormentas suelen oscurecer todo aquello que representa la piel y sus diferentes pliegues, suelen nublar todo aquello que una mente libre puede tener en claro y destruir todo lo que un ser perseverante ha construido durante mucho tiempo, una triste tormenta puede demostrarnos que nuestro verdadero centro no está donde creíamos o simplemente puede cambiar el espacio que ocupaba dicho centro, puede dejarnos a la deriva sin nada para calmar esa sed que queda dentro de la piel al ser oscurecida. Todo aquello que creíamos vivo puede desfallecer, todo aquello que creíamos perfecto se distorsiona, todo aquello que vimos como único se generaliza, y todo lo que queremos... se pierde.

By. SweetMadness!